El 30 de abril, Alberto Fernández Liria escribía en El País un breve artículo a propósito de Josef Fritzl, el llamado "monstruo de Amstetten", que llevaba por título No hay enfermedad. En él afirmaba que Fritzl no padece ninguna psicopatología, que no existe ninguna enfermedad a la que atribuir su comportamiento, sino que simplemente es un malvado.
Desconozco la ciencia psicológica, pero encontré el artículo muy convincente. Al margen del tema tratado, hay una frase de él que me parece singularmente certera y que creo que conviene tener presente, especialmente cuando se estudia el tratamiento que dispensa el Derecho Penal a los enfermos mentales:
"[...] empezamos a querer ver enfermos mentales donde sólo hay malvados y acabamos viendo malvados donde sólo hay enfermos mentales." -Alberto Fernández Liria
Valga como ejemplo la situación de olvido que sufren muchos presos psiquátricos y que en más de una ocasión conduce a privaciones de libertad injustificadamente prolongadas en razón de una medida de seguridad que no se revisa adecuadamente; o la configuración de la eximente de alteración mental, que impide imponer medidas de seguridad a reos que padecen trastornos de la personalidad y que acaba determinando que no reciban tratamiento y sean liberados al término de sus penas siendo tan peligrosos como cuando delinquieron.
Creo que la idea de Liria es de suma utilidad para los juristas, especialmente para los interesados en el Derecho Penal; y creo que puede ser un buen elemento de juicio a la hora de realizar un examen crítico de la respuesta jurídica a la locura. Porque ésta no es sino un reflejo de la respuesta social a la locura.
El artículo citado apareció en El País el 30 de abril pasado y puede verse aquí. Alberto Fernández Liria es psiquiatra, presidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, profesor en la Universidad de Alcalá y se halla comprometido con la cooperación solidaria.
viernes, 16 de mayo de 2008
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