Celebro que el día 21 de este mes la Audiencia Provincial de Madrid, en un auto contra el que no cabe recurso, confirme el archivo del caso de las supuestas sedaciones terminales irregulares en las urgencias del hospital Severo Ochoa de Leganés. La resolución, además, dispone que se tenga por no puesta toda referencia a "mala praxis médica". El doctor Luis Montes y su equipo son inocentes. Lamela se equivocó.
¿Se equivocó? No. Lamela sabía perfectamente lo que hacía cuando, en marzo de 2005, dio crédito a una acusación anónima que afirmaba que en las Urgencias del Severo Ochoa se habían cometido nada menos que 400 homicidios bajo la forma de sedaciones terminales.
Al entonces consejero de sanidad de la marquesa Aguirre no le importaban ni los médicos ni los pacientes; simplemente aprovechó una oportunidad. Una oportunidad para ganar para la derecha una batalla de imagen que finalmente ha perdido estrepitosamente: se trataba, por un lado, de desprestigiar la Sanidad Pública, y por otro, de presentarse como los grandes perseguidores de la eutanasia.
Presentando la competente práctica de Montes y sus médicos como "eutanasia masiva" (algún medio afín usó la expresión) prentendía menoscabar la confianza de todos en el Sistema Nacional de Salud, que los ciudadanos pensáramos que los médicos de urgencias eran unos asesinos, para, a renglón seguido, vendernos la salvación: el modelo de sanidad de gestión privada que tanto gusta al PP (los 8 nuevos hospitales de la CAM lo son). Un modelo que en la Comunidad Valenciana cuesta a todos más dinero del que costaban los hospitales públicos.
Y además, presentando sedaciones terminales (admitidas hasta por la Iglesia católica) como eutanasias, además de acrecentar esa desconfianza , conseguía presentar al PP ante el electorado conservador como el gran defensor de lo que la jerarquía eclesiástica cree que debe ser la vida.
Mentiras. Simplemente mentiras que acaban de ser tiradas por tierra. Un triunfo público.
martes, 29 de enero de 2008
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1 comentario:
Un triunfo público. Si señor. Muy bien visto el ejemplo valenciano, así como la relación del caso Leganés, en concreto la falsa acusación, con el modelo que quiere 'la espe' para Madrid: sanidad privada. Toda una liberal, la jodida.
Es una pena que el 'profeta bufón' viva en el anonimato, aunque sus buenas formas (literarias) le delatan.
A ver si le dedicas más tiempo al blog, que todos nos alegraríamos de ello. Por lo pronto, te agrego a mi blog.
saludos
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