sábado, 1 de marzo de 2008

Eco de una idea sobre los derechos

Lo que sigue no es una reflexión hecha, sino leída por el que escribe. Sin embargo, lo certero de sus afirmaciones ha hecho que desee hacerme eco aquí de una idea sobre los derechos fundamentales, y sobre la relación entre el Estado y el Mercado, que creo sumamente esclarecedora.

Se trata de un artículo titulado El precio de los derechos, publicado en El País del pasado 29 de febrero por Francisco J. Laporta, catedrático de Filosofía del Derecho en la UAM. En él, viene a decir algo que podríamos resumir como sigue: para que los derechos sean efectivos hacen falta medios materiales que sostengan su puesta en práctica y tutela (enforcement) por parte del Estado. Y el Estado se dota de medios materiales mediante los impuestos. De este modo, los impuestos son necesarios para la existencia de los derechos. Sin los impuestos, el Estado, cuya función es tutelar los derechos, no tiene medios para hacerlo y éstos se quedan en una mera declaración de intenciones sin valor real.

Pero Laporta va más allá: sin derechos no podría haber Mercado. Porque para que éste exista es necesaria una seguridad en las transacciones, y lo que aporta esa seguridad es precisamente la eficacia de los derechos, del Ordenamiento Jurídico. Si no hay garantías de que se respetará la propiedad o de que los contratos se cumplirán, nadie emprendería operaciones económicas. Y esas garantías sólo las presta el Derecho, que no puede ser hecho cumplir por el Estado si éste no dispone de medios materiales suficientes. Y como estos medios provienen de los impuestos, sin impuestos no podría haber mercado.

* * *

Creo que en el artículo citado está implícita (entre otras) una importante lección dobre la tan traída y llevada dicotomía Estado-Mercado: que es rotundamente falsa. Pues, al fin y al cabo, si aceptamos las ideas más arriba expuestas, la conclusión inevitable es que Estado y Mercado se necesitan mutuamente:

el Mercado necesita de la seguridad proporcionada por el Estado en forma de Derecho para poder existir. Y el Estado necesita del Mercado para proveerse, via impuestos, de medios materiales que le permitan existir y hacer efectiva dicha seguridad (que es su misión). De este modo, ambos se entrelazan en un razonamiento circular. La existencia de uno no es lógicamente posible sin la existencia del otro.

El primer corolario de esto lo expone Laporta con amplitud, y esto resulta especialmente conveniente en días de desenfrenadas promesas electorales: se trata de la constatación de que las promesas de rebajas fiscales, si se materializan, implicarán un descenso de esa "seguridad en forma de Derecho" de que se habla más arriba, puesto que habrá menos medios para hacerlo cumplir.

Ahora confrontemos esto con la idea neoliberal de que el Estado debe quedar reducido al mínimo y no interferir en el Mercado: de llevarse esto a la práctica, el Mercado acabaría convirtiéndose en una jungla de lucha sin reglas, lo que no sólo implicaría un gran coste de sufrimiento humano, sino que, a la larga, lo llevaría irremisiblemente a su propia desaparición.

Así que, como dice el autor, los derechos tienen un precio inevitable que son los impuestos, y si pretendemos ahorrárnoslo acabaremos como "el pobre Jacob [que] vendió su primogenitura por un plato de lentejas".

Puede leerse el artículo de Francisco J. Laporta en El País.com de 29 de febrero de 2008 [link].

1 comentario:

Astérix el galo dijo...

Está bien esa idea: los derechos que tienen el precio inevitable de los impuestos.

Te voy leyendo.